Andar...
Andar, caminar, pasear….debe de ser lo mejor que puede hacer el hombre para estar en consonancia con el movimiento de la Tierra y de los astros. Fuimos creados, hechos o nacidos para andar, y desde el origen de los tiempos el hombre se ha desplazado a pie; más tarde a lomos de los equinos o en embarcaciones movidas por el viento o a golpe de remo. Con la evolución tecnológica el hombre empezó a desplazarse con otros medios inventados por él como el ferrocarril, los vehículos a motor, los aviones, etc. Es entonces cuando el hombre se olvidó de caminar y obligado por la vida moderna no le quedó más remedio quesubirse al carro del trasporte actual, del cual no voy a renegar de sus innumerables ventajas, pero está claro que no hay viaje más tranquilo, más integrado con la naturaleza y más con uno mismo que el caminar.
Andando te da tiempo a observar, a disfrutar con los ojos las cosas que te rodean. Dar un paso tras otro tiene un “tempus” para ensimismarnos que no tiene ningún otro tipo de transporte, y aunque Machado lo planteó como una metáfora de la vida en su famoso poema: Caminante no hay camino, lo cierto es que andar es una forma de vivir.
Jorge Manrique, en su poema más conocido Coplas a la muerte de su padre, también plantea la cuestión como una metáfora cuando dice:
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.
También Jack Kerouac en Los vagabundos del Dharma, narra el camino de dos amigos- Ray Smith y Gary Snyder- hacia la cumbre del monte Matterhorn Peak. Los pasos que dan ascendiendo la montaña son metáforas hacia el encuentro del Dharma, y la ascensión no deja de ser también una metáfora de la vida. Influenciado por Thoureau y su obra Walden,en la que hay referencias orientales, y por el tiempo que Thoreau vivió retirado en una cabaña alejado de la civilización, donde se dedicó a la contemplación, Kerouac entra en contacto con el budismo y la novela no deja de ser iniciática en este sentido porque Kerouac empieza a sumergirse en esta filosofía de vida o religión, o ambas cosas a la vez, y a concebirlo como una gran esperanza para la humanidad.
En la novela, uno de los personajes llega a comparar a las montañas con Buda, porque aguardan de forma impasible el paso del tiempo sin cambiar de posición.
Resumiendo, no deja de ser a pie, es decir, caminando, como los dos amigos viven su aventura existencial camino de la cima del Matterhorn, donde a medida que van ascendiendo, van descubriendo la paz que la naturaleza confiere a los hombres, y como su contacto con ella les ennoblece porque no deja de ser un retorno a los orígenes, al hombre y la Tierra, como en un principio debió de ser.
Y no podía acabar algo así sin hablar del Camino de Santiago, que aunque hoy día hay personas que lo realizan en bicicleta o a caballo, es un camino concebido para hacer a pie. Recurriendo de nuevo a Machado: …se hace camino al andar, el Camino de Santiago se ha ido haciendo físicamente con las huellas de millones de caminantes a lo largo de cientos de años. Son los pasos de las muchas personas que lo han ido recorriendo a través de los siglos los que lo han marcado, los que lo han definido. Cada pisada ha ido haciendo una pequeña erosión a lo largo de todos sus tramos, y podría llegar a decirse que hasta descalzo y con los ojos cerrados nos resultaría imposible desviarnos, aunque la fuerza telúrica que mantiene vivo ese camino, ese destino, seguro que está por encima de todo lo demás. Cada persona que decide emprender el Camino lo puede hacer por diferentes y variados motivos, y puede tener los más distintos objetivos o esperanzas de cómo va a ser, pero lo cierto es que el Camino no es una ecuación perfecta y que se va “haciendo” a medida que lo vas recorriendo; es decir que nunca sabrás a priori a quién vas a conocer o qué vicisitudes vas a vivir y qué vas a sentir cuando te encuentres allí sin más objetivo que tirar hacia delante, sin más ayuda que tus pies y tu corazón, y que sin saber porqué seguirán la misma dirección que otros miles de personas ahora, y millones a lo largo del tiempo, andarán, caminarán rumbo al oeste, hacia el Finis Terre…
Caminante no hay camino, son tus huellas nada más....Machado dixit